Lorenzo Márquez Rivero 3fi22
Soy un artista visual con discapacidad visual, y pinto desde un lugar donde la vista no alcanza, pero el alma ve con claridad. Mi obra nace de emociones que arden, de heridas que el tiempo no cerró del todo, y de paisajes internos que he aprendido a habitar con los sentidos que la vida me dejó. No represento lo que está afuera, sino lo que late adentro. Pinto memorias sin rostro, intuiciones que tiemblan, y silencios que piden ser escuchados.
A este lenguaje lo llamo Surrealismo Emocional, porque no sigue reglas ni escuelas: nace del impulso crudo de sentir. Cada trazo es un latido, cada color una grieta abierta o una esperanza que asoma. No pinto para agradar. Pinto para liberar. Para tender un puente entre mi oscuridad y la de quien mira. Porque si alguien se reconoce en mi caos, aunque sea por un instante, entonces el arte hizo lo que tenía que hacer: nos encontró.
Descubra obras de arte contemporáneas de Lorenzo Márquez Rivero, explore obras de arte recientes y compre en línea. Categorías: artistas españoles contemporáneos. Dominios artísticos: Pintura. Tipo de cuenta: Artista , miembro desde el 2025 (País de origen España). Compre los últimos trabajos de Lorenzo Márquez Rivero en ArtMajeur: Lorenzo Márquez Rivero: Descubre impresionantes obras del artista contemporáneo. Explorar obras de arte, comprar obras originales o impresiones de alto nivel.
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Biografía 3qu27
Soy un artista visual con discapacidad visual, y pinto desde un lugar donde la vista no alcanza, pero el alma ve con claridad. Mi obra nace de emociones que arden, de heridas que el tiempo no cerró del todo, y de paisajes internos que he aprendido a habitar con los sentidos que la vida me dejó. No represento lo que está afuera, sino lo que late adentro. Pinto memorias sin rostro, intuiciones que tiemblan, y silencios que piden ser escuchados.
A este lenguaje lo llamo Surrealismo Emocional, porque no sigue reglas ni escuelas: nace del impulso crudo de sentir. Cada trazo es un latido, cada color una grieta abierta o una esperanza que asoma. No pinto para agradar. Pinto para liberar. Para tender un puente entre mi oscuridad y la de quien mira. Porque si alguien se reconoce en mi caos, aunque sea por un instante, entonces el arte hizo lo que tenía que hacer: nos encontró.
- Nacionalidad: ESPAÑA
- Fecha de nacimiento : 1963
- Dominios artísticos: Obras de artistas profesionales,
- Grupos: Artistas Españoles Contemporáneos

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Las Bases Psicológicas del Surrealismo Emocional: Una Nueva Corriente Artística 2m5b2v
Introducción: El Nacimiento de una Nueva Corriente
El arte, en su constante evolución, ha sido siempre un reflejo de la psique humana, un espejo donde se proyectan nuestras más profundas inquietudes, deseos y emociones. A lo largo de la historia, diversos movimientos artísticos han intentado capturar la esencia de la experiencia humana desde diferentes perspectivas. El surrealismo, con su exploración del inconsciente y lo onírico, representó una revolución en la forma de entender la creación artística a principios del siglo XX. Hoy, nos encontramos ante el nacimiento de una nueva corriente que trasciende los límites establecidos por sus predecesores: el Surrealismo Emocional.
El Surrealismo Emocional emerge como una propuesta innovadora que, si bien mantiene vínculos con el surrealismo tradicional, establece su propio territorio en el panorama artístico contemporáneo. Esta corriente no se limita a explorar el inconsciente como un espacio abstracto y distante, sino que se centra específicamente en la dimensión emocional de la experiencia humana y en la capacidad del arte para establecer conexiones emocionales directas e inmediatas con el espectador. El Surrealismo Emocional reconoce que las emociones constituyen el núcleo más auténtico y primario de nuestra experiencia vital, y busca crear obras que actúen como catalizadores de resonancias emocionales profundas.
La génesis de esta corriente, como suele ocurrir con los grandes movimientos artísticos, no fue producto de una elaboración teórica premeditada, sino de una experiencia transformadora. El artista Lorenzo, al observar cómo un grupo de niños quedaba "hipnotizado" ante sus cuadros, experimentó una revelación sobre la naturaleza de su trabajo y su capacidad para comunicarse con el espectador a un nivel que trascendía la interpretación racional. Este momento epifánico le llevó a reflexionar sobre la esencia de su propuesta artística y a conceptualizarla como Surrealismo Emocional, un término que captura perfectamente la intersección entre la tradición surrealista y el énfasis en la conexión emocional directa.
El Cerebro Infantil como Paradigma del Surrealismo Emocional
Para comprender las bases psicológicas del Surrealismo Emocional, resulta fundamental examinar la particular configuración neurológica del cerebro infantil, que representa el paradigma ideal de la recepción artística que esta corriente aspira a provocar. Los niños, descritos metafóricamente como "esponjas emocionales", poseen una extraordinaria capacidad para absorber, procesar y responder a estímulos emocionales sin los filtros cognitivos que los adultos hemos desarrollado con el tiempo. Esta metáfora, lejos de ser casual, describe con precisión científica un fenómeno neurológico ampliamente documentado.
El cerebro infantil se caracteriza por una plasticidad neuronal excepcional, un concepto que la neurociencia moderna ha estudiado extensamente. La plasticidad neuronal se refiere a la capacidad del sistema nervioso para cambiar su estructura y funcionamiento a lo largo de la vida como reacción a la diversidad del entorno. Esta capacidad alcanza su máxima expresión durante la infancia, cuando las conexiones sinápticas se forman a velocidades vertiginosas, especialmente en áreas vinculadas al procesamiento emocional como la amígdala y el sistema límbico. Según investigaciones recientes, aprovechar esta plasticidad neuronal durante la infancia es decisivo para optimizar el desarrollo posterior, ya que las estructuras nerviosas se encuentran en un período crítico de formación.
Esta configuración neurológica particular hace que los niños perciban el mundo primero a través de las emociones, antes que mediante el análisis racional. Sus respuestas emocionales son, por tanto, más inmediatas, más intensas y, paradójicamente, más auténticas que las de los adultos. No existe en ellos la mediación de los filtros culturales, sociales e intelectuales que, si bien enriquecen la experiencia estética del adulto, también la alejan de esa conexión primaria y directa con la obra de arte. Los niños experimentan el arte desde una perspectiva que podríamos denominar "pre-racional", donde la emoción precede y predomina sobre cualquier intento de interpretación o categorización.
Cuando estos niños quedaron hipnotizados ante los cuadros de Lorenzo, estaban experimentando lo que los psicólogos denominan "resonancia emocional directa" – ese fenómeno por el cual un estímulo externo conecta de forma inmediata con nuestro universo emocional interno, sin pasar por el filtro de la racionalización. Este concepto, central en la teoría del Surrealismo Emocional, describe el tipo de experiencia estética que esta corriente aspira a provocar: una conexión inmediata, visceral y transformadora entre la obra y el espectador, que trasciende la interpretación intelectual y apela directamente a nuestro núcleo emocional más auténtico.
La Resonancia Emocional Directa como Elemento Distintivo
El concepto de "resonancia emocional directa" constituye el elemento distintivo y definitorio del Surrealismo Emocional frente a otras corrientes artísticas, incluido el surrealismo tradicional. Mientras que el surrealismo clásico, influenciado por las teorías psicoanalíticas de Freud, se centraba en la exploración del inconsciente a través de técnicas como el automatismo y la representación onírica, el Surrealismo Emocional focaliza su atención en la capacidad del arte para establecer conexiones emocionales inmediatas y transformadoras.
André Breton, iniciador del surrealismo tradicional, declaró en su manifiesto de 1924: "El surrealismo es puro automatismo psicológico por medio del cual se pretende expresar verbalmente, por escrito, o de cualquier otro modo, la función actual del pensamiento; el puro fluir del pensamiento sin que la razón ejerza ningún control y fuera de todo prejuicio estético o moral". Esta definición enfatiza la liberación del pensamiento de las restricciones de la razón, pero no aborda específicamente la dimensión emocional de la experiencia artística. El Surrealismo Emocional, en cambio, reconoce que las emociones constituyen un aspecto fundamental de nuestra experiencia vital y busca crear obras que actúen como catalizadores de resonancias emocionales profundas.
La resonancia emocional directa se produce cuando una obra de arte logra establecer una conexión inmediata con el universo emocional del espectador, sin necesidad de mediaciones intelectuales o interpretativas. Este fenómeno tiene una base neurológica clara: cuando contemplamos una obra que resuena emocionalmente con nosotros, se activan áreas cerebrales como la amígdala y el sistema límbico, responsables del procesamiento emocional, antes de que la corteza prefrontal, encargada del análisis racional, pueda intervenir. Este proceso neurológico explica por qué ciertas obras de arte nos impactan de manera inmediata y visceral, generando respuestas emocionales intensas antes de que podamos articularlas racionalmente.
Las obras del Surrealismo Emocional actúan como catalizadores de este proceso, creando un puente directo entre la intención emocional del artista y la experiencia subjetiva del espectador. A diferencia de otras corrientes artísticas que pueden requerir un bagaje cultural específico o conocimientos teóricos para su apreciación, el Surrealismo Emocional aspira a la universalidad de la experiencia estética a través de la emoción como lenguaje común a todos los seres humanos. Esta característica explica por qué los niños, con su percepción emocional pura y directa, representan el espectador ideal para esta corriente artística.
Las Bases Neurológicas del Surrealismo Emocional
Para comprender plenamente el fundamento psicológico del Surrealismo Emocional, es necesario profundizar en las bases neurológicas de la percepción emocional y su relación con la experiencia artística. La neurociencia contemporánea ha revelado que existe una relación muy estrecha entre las emociones y la salud cerebral. Las emociones no son meros estados subjetivos efímeros, sino procesos neurológicos complejos que influyen sobre el estado de ánimo y pueden alterar la química cerebral, impactando significativamente en la salud y el funcionamiento del cerebro.
La amígdala, el hipocampo y la corteza prefrontal son áreas del cerebro relacionadas con la regulación de las emociones, y su funcionamiento óptimo es fundamental para una experiencia emocional equilibrada. Estas estructuras cerebrales, especialmente desarrolladas en los seres humanos, nos permiten no solo experimentar emociones, sino también regularlas, comprenderlas y expresarlas de manera adecuada. Sin embargo, en el cerebro infantil, la corteza prefrontal, responsable del control cognitivo de las emociones, aún no ha alcanzado su pleno desarrollo, lo que explica por qué los niños experimentan las emociones de manera más intensa e inmediata.
Esta configuración neurológica particular del cerebro infantil representa un estado de percepción emocional pura que el Surrealismo Emocional aspira a recuperar en el espectador adulto. Las obras de esta corriente buscan eludir los filtros cognitivos desarrollados con la madurez para establecer una conexión directa con las estructuras cerebrales responsables del procesamiento emocional. Para lograr este objetivo, los artistas del Surrealismo Emocional emplean técnicas que privilegian el impacto emocional inmediato sobre la interpretación racional, creando imágenes que resuenan directamente con nuestro universo emocional interno.
La neurociencia ha demostrado que cuando contemplamos una obra de arte que nos impacta emocionalmente, se activan en nuestro cerebro los mismos circuitos neuronales que se activarían si estuviéramos experimentando directamente la emoción representada. Este fenómeno, conocido como "empatía estética", constituye la base neurológica de la resonancia emocional directa que persigue el Surrealismo Emocional. A través de sus obras, los artistas de esta corriente buscan activar estos circuitos neuronales para generar experiencias emocionales auténticas y transformadoras.
El Surrealismo Emocional frente al Surrealismo Tradicional
Aunque el Surrealismo Emocional comparte con el surrealismo tradicional el interés por trascender los límites de la realidad convencional, existen diferencias fundamentales entre ambas corrientes que es importante clarificar. El surrealismo tradicional, surgido en la década de 1920 bajo el liderazgo de André Breton, se fundamentaba en gran medida en las teorías psicoanalíticas de Sigmund Freud sobre el inconsciente y los sueños. Los surrealistas tradicionales adoptaron técnicas como el automatismo psíquico y la representación onírica para acceder y expresar contenidos inconscientes, buscando liberar la creación artística de las restricciones de la razón y la lógica.
El surrealismo tradicional se caracterizaba por su exploración del inconsciente como un espacio de libertad creativa, donde los deseos reprimidos, las fantasías y los impulsos prohibidos podían manifestarse sin censura. Artistas como Salvador Dalí, René Magritte y Max Ernst crearon obras que desafiaban la lógica convencional, yuxtaponiendo elementos incongruentes y creando escenarios oníricos que invitaban a la interpretación psicoanalítica. El objetivo era provocar una ruptura con la percepción ordinaria de la realidad y abrir la puerta a dimensiones inexploradas de la experiencia humana.
El Surrealismo Emocional, si bien reconoce la importancia del inconsciente en la experiencia artística, desplaza el foco de atención hacia la dimensión emocional de esta experiencia. Mientras que el surrealismo tradicional buscaba expresar el inconsciente del artista, el Surrealismo Emocional aspira a establecer una conexión emocional directa con el inconsciente del espectador. No se trata tanto de representar contenidos inconscientes como de provocar respuestas emocionales inconscientes, inmediatas y auténticas.
Esta diferencia de enfoque se refleja también en las técnicas empleadas por ambas corrientes. Si el surrealismo tradicional privilegiaba el automatismo psíquico como método para acceder al inconsciente, el Surrealismo Emocional desarrolla técnicas específicas orientadas a maximizar el impacto emocional de la obra. Estas técnicas pueden incluir el uso estratégico del color, la composición y la luz para evocar respuestas emocionales específicas, así como la incorporación de elementos simbólicos que resuenan universalmente en el inconsciente colectivo.
Implicaciones Terapéuticas del Surrealismo Emocional
Más allá de su valor estético y su contribución al panorama artístico contemporáneo, el Surrealismo Emocional presenta interesantes implicaciones terapéuticas que merecen ser exploradas. La capacidad de esta corriente para establecer conexiones emocionales directas e inmediatas la convierte en una herramienta potencialmente valiosa en contextos terapéuticos, especialmente en aquellos orientados al trabajo con las emociones y el trauma.
La arteterapia, disciplina que utiliza la expresión artística como medio para facilitar la integración emocional y el crecimiento personal, podría beneficiarse enormemente de los principios del Surrealismo Emocional. Las técnicas desarrolladas por esta corriente para provocar resonancias emocionales directas podrían ser adaptadas para ayudar a los pacientes a conectar con emociones reprimidas o disociadas, facilitando su procesamiento e integración. Asimismo, la contemplación de obras del Surrealismo Emocional podría utilizarse como catalizador para la exploración emocional en contextos terapéuticos.
En el trabajo con niños, el Surrealismo Emocional resulta especialmente relevante, dado que conecta directamente con su forma natural de percibir y procesar el mundo. Las obras de esta corriente, con su capacidad para "hipnotizar" mentes receptivas como las infantiles, podrían utilizarse como puente para establecer comunicación con niños que presentan dificultades para expresar verbalmente sus emociones. A través del arte, estos niños podrían encontrar un canal de expresión emocional que trasciende las limitaciones del lenguaje verbal.
También en el ámbito educativo, el Surrealismo Emocional ofrece interesantes posibilidades. La educación emocional, cada vez más reconocida como un componente fundamental del desarrollo integral de los niños, podría incorporar principios y técnicas de esta corriente para facilitar el reconocimiento, la expresión y la regulación de las emociones. Las obras del Surrealismo Emocional, con su capacidad para provocar respuestas emocionales inmediatas y auténticas, podrían utilizarse como punto de partida para conversaciones sobre las emociones y su papel en nuestra experiencia vital.
Conclusiones: El Futuro del Surrealismo Emocional
El Surrealismo Emocional emerge en el panorama artístico contemporáneo como una propuesta innovadora que recupera la dimensión emocional de la experiencia estética, a menudo relegada a un segundo plano en favor de aproximaciones más conceptuales o intelectuales al arte. En un mundo cada vez más mediado por la tecnología y la virtualidad, donde la conexión emocional directa se ve frecuentemente obstaculizada, esta corriente nos recuerda la importancia de la emoción como lenguaje universal y como vía de a dimensiones profundas de la experiencia humana.
La experiencia transformadora que llevó a Lorenzo a conceptualizar el Surrealismo Emocional, al observar cómo los niños quedaban hipnotizados ante sus cuadros, nos invita a reflexionar sobre la naturaleza de la percepción estética y sobre cómo los adultos podríamos recuperar esa capacidad infantil para experimentar el arte de manera directa e inmediata, sin la mediación de filtros cognitivos que, si bien enriquecen nuestra experiencia, también pueden distanciarnos de la conexión emocional pura con la obra.
Las bases psicológicas del Surrealismo Emocional, arraigadas en la comprensión de la plasticidad neuronal, el desarrollo cerebral infantil y los mecanismos de la resonancia emocional directa, proporcionan un fundamento sólido para esta corriente y abren interesantes líneas de investigación tanto en el ámbito artístico como en el psicológico. La intersección entre arte, psicología y neurociencia que propone el Surrealismo Emocional representa un campo fértil para la exploración interdisciplinaria y para el desarrollo de nuevas formas de entender y ex
Emotional Surrealism: When Art Hypnotises Pure Minds. 3j3v4u
En el mundo del arte contemporáneo, donde las corrientes se multiplican y diversifican constantemente, he concebido una propuesta que nace de una experiencia genuina y reveladora: el "Surrealismo Emocional". Mi nombre es Lorenzo Márquez Rivero, y esta corriente artística no surge de elaboradas teorías académicas ni de manifiestos pretenciosos, sino de un momento íntimo y transformador que viví en mi propio hogar.
La génesis de esta denominación tiene raíces profundamente auténticas. Durante una tarde de verano en mi casa rural, observé un fenómeno extraordinario: un grupo de niños, esas criaturas habitualmente inquietas y bulliciosas, quedaron completamente absortos ante mis cuadros. El silencio, ese elemento tan poco habitual en presencia infantil, fue el primer indicio de que algo significativo estaba ocurriendo. Los pequeños, con edades entre siete y diez años, recorrían las estancias de mi casa contemplando cada obra con una atención casi reverencial, intercambiando ocasionalmente comentarios susurrados, como si estuvieran en presencia de algo sagrado.
Lo que presencié no fue simplemente una curiosidad pasajera, sino un encuentro puro entre mi arte y la emoción humana en su estado más auténtico. Los niños, libres de prejuicios estéticos y convenciones artísticas, conectaron directamente con la esencia emocional plasmada en mis lienzos. No estaban analizando técnicas ni contextualizando la obra dentro de movimientos históricos; estaban experimentando el arte en su dimensión más primaria y poderosa: la emocional.
Fundamentos Teóricos: Más Allá del Surrealismo Clásico
El Surrealismo Emocional se distingue del surrealismo tradicional al no limitarse exclusivamente a la exploración de sueños e imágenes oníricas. Mientras que el surrealismo clásico, definido por André Breton como "automatismo psíquico puro" destinado a expresar "el verdadero funcionamiento del pensamiento", buscaba liberar la mente de las ataduras racionales, el Surrealismo Emocional va un paso más allá.
Esta nueva corriente se fundamenta en una "exploración honesta de las emociones profundas y la percepción sensorial alterada", creando un "lenguaje simbólico que nace desde la vivencia, desde la resiliencia, desde lo que se siente cuando el mundo exterior ya no basta para explicar lo que ocurre dentro". No busca únicamente desafiar la lógica, sino establecer puentes emocionales directos entre la obra y el observador.
La legitimidad del término "Surrealismo Emocional"
El término "Surrealismo Emocional" no surgió como una etiqueta arbitraria ni como un recurso mercadotécnico; nació de una necesidad genuina de definir lo que estaba creando. Para comprender por qué elegí esta denominación, es necesario que explique mi relación con la tradición artística y cómo mi obra dialoga con ella.
El "surrealismo" histórico buscaba liberar el potencial creativo del inconsciente, trascendiendo la lógica racional para acceder a realidades más profundas. El movimiento original exploraba los sueños, el automatismo psíquico y las asociaciones libres como vías de a esas dimensiones ocultas de la experiencia humana. Lo que propongo con mi Surrealismo Emocional es una evolución natural de ese impulso original, pero con un giro contemporáneo fundamental: en lugar de centrarme en el inconsciente individual, mi obra establece un diálogo con el sustrato emocional colectivo.
Si el surrealismo clásico buscaba "lo maravilloso" en las profundidades de la psique individual, mi Surrealismo Emocional encuentra su potencia en la capacidad del arte para generar estados emocionales compartidos que trascienden las barreras de la edad, la formación y el contexto cultural. No es casualidad que fueran precisamente niños quienes reaccionaran de manera tan intensa ante mis obras; su respuesta me demostró que mi arte opera en un nivel pre-racional, pre-cultural, conectando directamente con nuestras estructuras emocionales más básicas y universales.
El componente "emocional" del término es igualmente significativo para mí. En un panorama artístico contemporáneo, frecuentemente dominado por aproximaciones conceptuales, intelectualizadas o meramente decorativas, mi Surrealismo Emocional reivindica la centralidad de la emoción como vehículo y finalidad de la experiencia artística. No busco provocar emociones superficiales o efectistas, sino establecer conexiones emocionales profundas, transformadoras, capaces de alterar nuestra percepción del mundo y de nosotros mismos.
La conjunción de ambos términos – "surrealismo" y "emocional" – configura un concepto artístico coherente y potente que trasciende la mera categorización estilística para proponer una nueva forma de entender la relación entre el arte, el artista y el espectador. Mi Surrealismo Emocional no es simplemente un estilo pictórico; es una propuesta sobre la naturaleza misma del arte y su función en la experiencia humana.
Relevancia en el Panorama Artístico Contemporáneo
El contexto artístico actual demanda propuestas que "aborden la vulnerabilidad, la percepción expandida y la diversidad sensorial". El Surrealismo Emocional responde a esta necesidad con una voz clara y coherente que posee "potencial de consolidación como corriente artística con identidad propia"
En un mundo donde el arte debe competir constantemente contra la banalización decorativa, esta corriente reafirma la función transformadora del arte auténtico. No busca simplemente ocupar espacios en paredes, sino generar espacios de reflexión y conexión emocional profunda en la psique del observador.
Aquella tarde, el silencio contemplativo de los niños frente a mis obras no era casualidad, sino la manifestación de una conexión emocional profunda que trasciende las barreras del lenguaje verbal. Su capacidad para sentir y absorber las emociones plasmadas en cada pincelada confirmó que mi arte había logrado algo que el mero decorativismo nunca podría alcanzar: comunicar directamente con el alma.
La reacción de aquellos niños en silencio contemplativo demostró que existe una sed universal de arte que hable directamente al corazón. El Surrealismo Emocional ofrece precisamente eso: arte que no decora, sino que transforma; que no se cuelga, sino que se vive; que no se posee, sino que nos posee.
Lorenzo Márquez Rivero, creador del Surrealismo Emocional, invita a críticos, galeristas e instituciones artísticas a formar parte de este movimiento que redefine la relación entre arte y emoción en el siglo XXI.
Surrealismo Emocional. 432m6h
Crear con el alma en un mundo que idolatra lo superficial es un acto de resistencia. Nuestra obra es una llama encendida contra la indiferencia, una afirmación rotunda de que el alma aún tiene voz, aún tiene poder.
Creating with the soul in a world that idolizes the superficial is an act of resistance. Our work is a flame lit against indifference, a resounding affirmation that the soul still has a voice, still has power.
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Surrealismo Emocional: Un Viaje Íntimo Más Allá de la Mirada b2a2l
En un momento donde el arte busca reconectar con lo humano, surge una propuesta estética y sensorial que se aleja de la mera representación visual para adentrarse en lo invisible, en lo que no siempre se puede nombrar con palabras: el Surrealismo Emocional.
Este movimiento no se basa solo en sueños o imágenes oníricas, como el surrealismo clásico, sino en una exploración honesta de las emociones profundas y la percepción sensorial alterada. Es un lenguaje simbólico que nace desde la vivencia, desde la resiliencia, desde lo que se siente cuando el mundo exterior ya no basta para explicar lo que ocurre dentro.
Una mirada distinta al mundo
Nací con tétanos neonatal. Sobreviví, pero no sin secuelas. Mi infancia estuvo marcada por una discapacidad visual progresiva, situaciones de violencia familiar y años de bullying. Sin embargo, no me presento desde la herida, sino desde lo que he hecho con ella.
Transformé ese recorrido en obra. En símbolo. En una voz artística que no busca compasión, sino conexión auténtica.
Mi discapacidad visual me obliga a interpretar el mundo desde otras dimensiones: el tacto, el ritmo, la intuición. No busco la perfección formal, sino la verdad emocional que hay en cada trazo. Esa es la esencia del Surrealismo Emocional.
Características de este enfoque
🔹 Símbolos cargados de emoción Obras como El Ojo del Infinito convierten elementos anatómicos —una pupila, unas manos— en portales metafísicos que invitan al espectador a mirar hacia adentro.
🔹 Narrativas fragmentadas En lugar de presentar una escena cerrada, piezas como Esencia Fragmentada ofrecen una realidad rota, como nuestra propia emocionalidad, que cada persona reconstruye desde su vivencia.
🔹 Tensión y dualidad El Enigma del Ser muestra una silla de patas cruzadas, símbolo de la lucha constante entre identidad personal y presión social.
🔹 Experiencia sensorial Desde mi percepción limitada de luz y forma, busco crear una experiencia sinestésica, como en Ecos del Alma, donde lo visual se funde con la textura emocional de quien observa.
Una oportunidad para innovar
El mercado del arte actual está cada vez más abierto a propuestas que abordan la vulnerabilidad, la percepción expandida y la diversidad sensorial. El Surrealismo Emocional se inserta en esa conversación contemporánea con una voz clara, coherente y con potencial de consolidación como corriente artística con identidad propia.
Mis obras —acrílicos sobre lienzo, generalmente de formato medio— están dirigidas tanto a coleccionistas sensibles a la narrativa del arte, como a galerías y espacios interesados en propuestas emergentes con una carga emocional auténtica.
Una invitación abierta
Estoy actualmente buscando alianzas con galerías, curadores e instituciones interesadas en dar visibilidad a este movimiento y abrir espacios de exhibición para una obra que no solo se mira, sino que se siente.
Si te interesa conocer más, conversar o explorar una posible colaboración, estaré encantado de compartir mi portafolio, conversar sobre procesos y mostrar lo que este lenguaje puede ofrecer a quienes se atreven a mirar más allá de la forma.
“La verdadera visión no está en los ojos, sino en la capacidad de sentir más allá de lo evidente.”
Gracias por leer hasta aquí. Te invito a sumergirte en este universo emocional. Quizás encuentres, como yo, que a veces el arte no nos salva, pero nos revela.
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Decálogo del Surrealismo Emocional a3p1y
🎨 Decálogo del Surrealismo Emocional
Una propuesta artística desde la visión interior
✍️ Por Lorenzo Márquez Rivero, creador del movimiento
En un mundo saturado de imágenes, el arte necesita volver a su origen más profundo: la emoción, el subconsciente y la verdad interior. El Surrealismo Emocional nace como una respuesta disruptiva y necesaria a la frialdad del arte conceptual contemporáneo. Es un manifiesto sensorial, una estética de la vulnerabilidad, y una herramienta para transformar el dolor en belleza.
Como su creador, comparto este decálogo como base filosófica, emocional y estética del movimiento. Es también una invitación abierta a artistas, curadores, críticos y amantes del arte a repensar la creación desde un lugar más honesto y humano.
1. El arte nace del interior, no de la vista.
La verdadera creación no depende de lo que se ve, sino de lo que se siente. La mirada emocional, intuitiva y sensorial es más reveladora que cualquier imagen retiniana.
2. La emoción es el motor creativo.
Una obra que no conmueve es solo superficie. El arte emocional se construye para impactar, tocar fibras, dejar huella.
3. Lo invisible es más poderoso que lo evidente.
El Surrealismo Emocional no busca representar el mundo exterior, sino revelar lo oculto: intuiciones, miedos, sueños, heridas.
4. El dolor y la memoria son materia prima.
Toda cicatriz es una paleta de colores. El arte no huye del trauma: lo resignifica y lo transforma en lenguaje visual.
5. La diferencia es una ventaja creativa.
La diversidad funcional, sensorial o mental no limita el arte: lo expande. Crear desde la diferencia enriquece la obra con perspectivas únicas.
6. El subconsciente es el verdadero director de arte.
Los impulsos psíquicos, los sueños, los recuerdos distorsionados y los símbolos internos guían la composición más que la lógica.
7. La técnica está al servicio de la emoción.
No se trata de perfección, sino de autenticidad. La técnica debe ser flexible, adaptarse a lo que el alma necesita expresar.
8. Cada obra es una confesión estética.
El artista emocional no decora: confiesa. Cada obra es un testimonio íntimo que interpela y conmueve al espectador.
9. El arte debe conmover, inquietar o sanar.
El impacto emocional es la medida de una obra viva. La indiferencia es su mayor fracaso.
10. El Surrealismo Emocional es un movimiento inclusivo y disruptivo.
Rompe con los cánones estéticos tradicionales, incorpora la emoción como epicentro creativo y reivindica el derecho a crear desde la diferencia.
🔔 Una invitación abierta
¿Y tú? ¿Dónde nace tu arte?
Te invito a reflexionar sobre el poder transformador de la emoción en el proceso creativo. A compartir tus experiencias, tus heridas, tus intuiciones. A ser parte de un movimiento que ve el mundo con el alma, no con los ojos.
🔗 Si te interesa adquirir obra, colaborar, difundir o participar de futuras exposiciones del Surrealismo Emocional, estoy construyendo redes con instituciones, espacios culturales y personas que creen en el arte como fuerza vital y transformadora.
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“El surrealismo sirve como una puerta encantadora a las profundidades de la mente humana, explorando los misterios del subconsciente y el poder de la imaginación.”